sábado, 14 de abril de 2018

EL CABALLO

La imagen es tomada de Internet


Le llamó la atención su hermosa melena  blanca y cuidada que caía hacia un lado de la cara y dejaba ver unos ojos oscuros, grandes y chispeantes como nunca había visto. Además ese gran porte y elegancia  al andar un tanto señorial le había cautivado.
Así fue como nada más verlo por primera vez le enamoró.  
Y sin pensarlo dos veces se lanzó a su conquista.


Aquella atractiva jovencita de pelo negro y bonitas trenzas- Aunque eso sí, algo caprichosa- No pasó desapercibida para aquel gentil jinete. Un hombre maduro que le doblaba la edad. Pero a ella él, le inspiraba confianza y se hacía cómplice en sus travesuras de niña mimada.    


Muy pronto empezaron a verse a escondidas de miradas indiscretas. Disfrutaban juntos de aquellos interminables paseos a caballo al caer la tarde.
Siempre igual, ella llegaba algo más tarde a la cita diaria. Él le daba la mano gentilmente y sin mediar palabra alguna, le ayudaba a montar detrás suya, a lomos del equino.  
A veces eran paseos relajante y tranquilos otras veces grandes carreras en las que la cola y crines de aquel bonito caballo percherón, ondeaban al viento dejando un halo de belleza jamás observada por la joven muchacha.
Aquellas vivencias de cada día, la hacían terminar la tarde exhausta y satisfecha de haber disfrutado del agradable y rítmico vaivén que le proporcionaban aquellos breves pero intensos encuentros.


Todo parecía ir bien hasta que un día él, llegó andando sin caballo, y ella se dio cuenta de lo que en realidad  le había mantenido ilusionada todo este tiempo.


Mi señor a vuelto de su viaje, y ya no podré disponer más de su caballo! He pensado que podemos  seguir disfrutando de nuestros paseos caminando junto al río.


Lo siento, pero sin caballo pierden todo interés para mi los paseos en su compañía!. 


Rafaela.

lunes, 9 de abril de 2018

AQUELLA VIEJA ENCINA




Aquella encina vieja que cobijaba el botijo
de aquel sol abrasador, y guardaba el agua fresca
para el rudo segador.


Otros tiempos ya lejanos pero frescos en recuerdos
son los que una encina vieja puede guardar a su sombra.


Aquella encina vieja donde escuchar la cigarra
era como escuchar una nana mientras él dormía la siesta.
Allí tumbado bajo de ella, dejaba volar sus sueños.


Allí, donde se adquiere la experiencia de los mas hermosos años.
Allí, donde escuchar el silencio le da grandeza al misterio.


Bajo aquella encina vieja, donde la ilusión quedaba
enredada entre sus ramas, para ir tejiendo con calma
la vida de un segador.

   

Rafaela.


martes, 3 de abril de 2018

EN MI MUNDO

Te imaginé primavera
y me regalaste flores.
Te sentí al caer la tarde
ofreciendo sus colores.

Pero una triste mañana
se apagaron tus mejillas
y pude ver que en tus ojos
 su luz ya estaba marchita

Desvanecidos mis sueños
los tiré a un rincón del tiempo,
allí donde nunca nadie
pudiera saber de ellos.

Ya no habrá más primaveras
para regalar sus  flores,
ni más colores de otoño
con aquel tono dorado
cuando caía la tarde.

Solo queda un arcoiris
dibujado con recuerdos,
donde  columpio mi mundo
mantenido en equilibrio
de no caer al vacío.


Rafaela.